La forma en que este centro se construya deberá ser el modelo de respeto hacia el paisaje que la sociedad demanda a los parques industriales.
Por ello este proyecto no asume como definitivo el impropio cambio del paisaje que se llevo a cabo modificando rasantes y niveles naturales.
Pretende integrar el centro con el paisaje de ribera recuperado por la actuación y ser la puerta de acceso a una zona verde considerada por la urbanización actual como un espacio marginal a espaldas del polígono.
Tres figuras pétreas y contundentes crean entre sí un espacio de encuentro.
Cada una de las figuras es el contenedor de un mundo funcional distinto de los demás pero que necesita su compañía.