Toda intervención en la ciudad histórica se convierte en una oportunidad de recuperación de las potencialidades ocultas en el interior del perímetro urbano.
La parcela de intervención es sensiblemente un vacío donde la ausencia de edificación pone en evidencia las entrañas del tejido urbano.
La mejor manera de integrarse con lo existente es no solo completar, sino generar nuevos espacios integrados en la red urbana. No es construir un edificio de viviendas en la ciudad sino hacer más ciudad con las viviendas que se implantan.
No se trata solo de integrar, sino de completar y perfeccionar la estructura de espacios vitales del barrio.
Para ello se utiliza la intervención como nuevo espacio de relación, diluyendo la diferencia entre edificio y calle, y convirtiendo la cubierta del Centro de Día en un nuevo nexo con la muralla, una oportunidad para que el paseo por la ronda sea parte de la visita al yacimiento arqueológico.